El Hospital Universitario 12 de Octubre inició el pasado mes de mayo un nuevo programa de intervención asistida con perros para favorecer la estimulación y recuperación neurocognitiva de pacientes pediátricos con tumores cerebrales ingresados en planta de hospitalización o consultas.
Se trata de un proyecto que realiza el hospital en colaboración con la entidad Yaracán y la Fundación Royal Canin que lleva como nombre El Tesoro de Blanca, en honor a una paciente y que tiene un doble objetivo: por un lado, generar un vínculo de confianza entre niño y perro que ayuda a que los pacientes y sus familias desvíen la atención de la enfermedad o el motivo del ingreso; y, por otro, facilitar un cambio de rol, permitiendo que los niños pasen a ser cuidadores y guías de los perros.
Además, la interacción genera un estado de bienestar en el paciente que facilita las valoraciones neurocognitivas y la puesta en marcha de estrategias de rehabilitación, además de favorecer el trabajo multidisciplinar entre los diferentes especialistas, según defiende la doctora Berta Zamora Crespo, especialista en neurodesarrollo de la Consulta de Neurología Pediátrica del 12 de Octubre y que lidera este proyecto.
"Pretendemos optimizar la recuperación de pacientes pediátricos con daño cerebral adquirido y secuelas neurocognitivas, con una intervención terapéutica con perros de apoyo, demostrando el poder curativo de la relación entre humanos y animales", expresa Zamora.
Reduciendo el aislamiento y la apatía
Las secuelas cognitivas en niños con tumores cerebrales son bastante frecuentes, no solo como consecuencia de la enfermedad, sino también por los tratamientos que reciben. Además, el diagnóstico en sí supone un impacto muy importante en la vida del paciente en su comportamiento, rendimiento escolar y en la relación con familiares y amigos.
En este contexto, la intervención asistida con perros supone una gran aportación y ayuda, ya que a través del estímulo y motivación que provocan los animales se favorecen cambios en el área emocional, cognitiva, psicomotriz, social y comunicativa.
"En este sentido, la intervención temprana juega un papel fundamental en la recuperación neurocognitiva del paciente pediátrico"; asegura Zamora. "los perros de terapia emergen no solo como catalizadores de estímulo emocional y motivación, sino también como apoyo complementario de gran valor para enriquecer el espectro de terapias tradicionales".
Los perros no juzgan, ni critican y no sienten lástima, tratándonos a todos por igual
El programa se lleva a cabo por un equipo de profesionales especialistas en terapias con animales de Yaracán y dispone de hasta ocho perros de intervención, coordinados por una psicóloga de esta asociación y de la consulta de Neuropsicología del servicio de Pediatría del 12 de octubre.
"Las sesiones se diseñan en colaboración con el equipo médico y persiguen unos objetivos muy concretos", detalla la especialista. "En cuanto a los beneficios, durante este tipo de terapias podemos observar cambios en los pacientes, entre otros, reducción de su ritmo cardiaco y presión arterial, segregación de endorfinas y oxitocina, reducción de los niveles de cortisol y sus niveles de estrés; sin olvidar la reducción del aislamiento, la apatía y la fluidez emocional".
Según Zamora, los perros pueden ser de gran ayuda para cualquier patología, siempre y cuando a la persona que asiste a sesión, le aporte motivación y estímulo el contacto y relación con los perros. "El trabajo con los perros es un recurso de apoyo a todo lo que ya se hace. Los perros se centran en la persona y no en sus problemas, por lo tanto, su relación con cualquier ser humano es sincera e independiente del estado en el que se encuentre", cuenta.
"No juzgan, ni critican y no sienten lástima, tratándonos a todos por igual", añade. "En el área de neurología trabajamos tanto con mayores con síndrome de Alzheimer, demencias vasculares o párkinson como con jóvenes y niños con tumores cerebrales o daño cerebral".
El Hospital 12 de Octubre, Yaracán y Royal Canin pretenden con este proyecto ampliar el alcance y la eficacia de la terapia asistida con animales en el ámbito hospitalario y mejorar la calidad de vida de los pacientes durante el ingreso.
Sesiones disfrazadas de juegos
Sobre cómo son las sesiones, Zamora explica que lo más importante es ser capaces de crear junto a los perros un ambiente amable y comfortable en el que los niños se sientan cómodos y confiados, olvidando el motivo de su ingreso en el hospital.
"El principal propósito se centra en generar un vínculo y propiciar un cambio de rol, mediante el que los niños pasan a ser los cuidadores de los perros y sus guías en las actividades propuestas", detalla. "Al inicio de cada sesión destinamos parte del tiempo a actividades cotidianas con los perros, como por ejemplo pasar un rato saludándolos, cepillado, sesión de caricias… Son actividades sencillas pero con las que ya observamos los primeros cambios".
Después, la sesión continúa con distintas dinámicas coordinadas por el equipo de la Dra. Zamora, en la que se trabajan distintas necesidades en función del paciente y que permiten que el equipo médico vaya evaluando una posible evolución.
"Todas estas actividades se disfrazan de juegos y son muy divertidas, tanto para los perros como para los niños que trabajan en equipo", explica la especialista. "Y todas ellas tienen una recompensa, que aparece en forma de caricias, premios o consiguiendo juguetes para los perros, lo que incrementa la autoestima de los pacientes y les motiva a seguir participando".
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